No es recomendable viajar en estos momentos. Sin embargo, existen personas que por diversas circunstancias tienen que salir de sus ciudades dónde viven. A veces, también tienen que pasar la noche en un hotel. Esto es más común para los viajeros de negocio. En el centro de México existen diversas fábricas que no paran y son visitadas. Una de las opciones en la región es el HS Hotsson Hotel Silao.

México se ha caracterizado por tener una clasificación de hoteles muy confusa. A veces se usan las estrellas internacionales. Pero como cada hotel se pone las que quiere, algunos se inventaron el término Gran Turismo. Luego, al ser abusado por hoteles que no lo merecen se creó la “categoría especial”. Otro término que no dice mucho es el de: Business Class Hotel.

Los hoteles “business class” no tienen mucho que ver con la clase ejecutiva de las aerolíneas. Estos hospedajes están orientados a personal –normalmente no ejecutivo— que visita ciudades industriales por trabajo. Aunque en realidad es muy amplio. En México, por mucho tiempo los hoteles que mejor representaban esto eran el Fiesta Inn y el Holiday Inn. Ahora se ha sumado la cadena Hotsson.

Lo particular de esta estancia es que fue un viaje de negocios durante la pandemia. Por lo que esta reseña tiene doble propósito. Por una parte, mencionar los aspectos de la calidad del hotel. Además, también ver qué están realizando diferente estas compañías para cuidar a huéspedes y empleados.

Ubicación

El HS Hotsson Hotel Silao se encuentra a las afueras de la ciudad homónima. En general, esta es una ciudad industrial por lo que no hay mucho que ver. Además, el mercado del hotel es para aquellos viajeros de negocios que se mueven en la zona a visitar fábricas.

El edificio está justamente a pie de carretera. Sin embargo, no es algo que debería preocupar a los huéspedes. El aislamiento de ruido externo es bastante bueno. Tampoco tuvimos problemas con los ruidos de pasillos o cuartos adyacentes. Pero eso lo revisamos más adelante.

Para aquellos viajeros que no estén por negocios, podría ser de utilidad como base para recorrer el bajío mexicano al estar relativamente cerca de varias ciudades. Asimismo, es una opción para aquellos que quieran descansar de estar manejando por carretera.

Este hotel cuenta con estacionamiento en la parte superior y uno techado con acceso controlado.

Registro y Salida

Aquí fue la primera parte donde pudimos notar la diferencia entre una estadía antes de la pandemia y la nueva normalidad. Al momento de llegar no había más personas en la recepción por lo que no pudimos observar la sana distancia, pero en el piso había señalización. También hay señalización de que el uso de cubrebocas es obligatorio en toda área común.

Entre la persona de recepción y nosotros había un acrílico para evitar que el aire se intercambiara. Lo que también notamos era las estaciones de gel sanitizante. En cada punto donde los huéspedes interactúan hay un pequeño frasco.

De la misma manera, nos llamó la atención que para las plumas tienen diferentes recipientes. Unos donde se supone que están desinfectadas y otros donde se colocan ya usados.

El registro fue un poco lento porque la persona en la recepción estaba en el teléfono. Una vez que colgó se logró realizar el registro rápidamente y se resolvieron algunas dudas sobre la estancia. Por su parte la salida fue muy rápida, en una hora que había muchas personas.

Primeras Impresiones

El edificio donde se encuentra el hotel es grande y moderno. En sí, tiene un diseño menos genérico que otros hoteles de la zona. Una vez que entramos al estacionamiento notamos que hay cámaras de seguridad para cuidar los automóviles. Lo que si no hacen dicho personal es controlar a las personas que se estacionan en los lugares de discapacitados, que al estar más cerca del elevador son preferidos por algunos.

Una vez que se entra a la recepción se nota que hay acabados que se acercan más a una categoría superior que a un hotel business class. Los materiales y el diseño están bien considerando la oferta de la competencia. Los espacios son amplios. Lo que llama la atención es el uso del color lila. Este es el color institucional, aunque no es usado normalmente

En el piso donde estaba nuestra habitación había un gimnasio. A este solo se podía acceder por cita por la cuestión de la pandemia.

En general el hotel se sentía muy tranquilo. No notamos que hubiera muchos huéspedes. Por el contrario, sí había movimiento en el restaurante a la hora del “brunch”.

El hotel también cuenta con alberca, que en este caso no pudimos visitar por la lluvia.

Habitación

La habitación tal vez sea lo que más se despega de un hotel “business class”. Si bien es simple, tiene buenos acabados, un baño amplio y hasta refrigerador con algunas bebidas de cortesía. Si se piensa que los hoteles con los que compiten en precio son tres estrellas (tratando de homologar a criterios internacionales), este sin duda tiene oferta de cuatro.

En el baño hay jabones y otras amenidades de buena calidad. La regadera funcionó bien: suficiente presión. Algo que se agradece es el tamaño. No es un baño apretado y al ser blanco se aprecia más grande. Además de que se puede percibir que está limpio.  De la misma manera, el espacio de la ducha es cómodo.

Las nuevas amenidades que se encontraron en el baño fueron para proteger a los huéspedes de la pandemia. Primero, sobresalió una botella de alcohol gel. También pudimos rescatar unos cubrebocas desechables en caso de que el huésped no llevara o perdiera los suyos.

El colchón tal vez sea ligeramente duro para algunos, aunque sí proporcionó un muy buen descanso. Las sábanas y el duvet se notaron de buenos materiales y todo muy limpio. Además se indicaba que el control de la televisión –en los burós— había sido desinfectado.

Algo que nos llamó la atención, es que el área de trabajo del cuarto estaba muy bien diseñada. Se podía sacar una extensión de la mesa, por lo que se contaba con un área adicional para trabajar o comer, pero no se comprometía el espacio general de la habitación.

Alimentos

Solamente tuvimos la oportunidad de probar el desayuno en el hotel. En este caso consistió de un buffet mexicano. Por ende, la variedad era muy buena. Es importante considerar, que el hotel adaptó el restaurante para proteger a los huéspedes.

A pesar de ser buffet, las personas no se pueden servir directamente. Entonces todos los alimentos fueron cubiertos por un vidrio para evitar que los huéspedes puedan entrar en contacto con ellos. Habilitaron personal de tiempo completo para servir. Estas personas portaban su equipo de protección personal correctamente.

Otra novedad es que tampoco hay manteles. Cuando llegan los comensales, los meseros desinfectan la mesa y colocan la cubertería que está empacada individualmente. Durante nuestra estancia se siguió está dinámica en otras mesas, que estaban distanciadas y algunas bloqueadas.

El servicio de bebida también es atendido por el personal. El café es de buena calidad y se tiene una mimosa en cortesía (desconocemos si es todos los días o solo en ciertas ocasiones).  Pero el personal fue atento todo el tiempo y notamos que seguían las reglas de higiene.

Conclusiones HS Hotsson Hotel Silao

Definitivamente el HS Hotsson Hotel Silao es un hotel que ofrece valor por lo que se paga. Para aquellas ocasiones que se tenga que viajar de negocios o hacer una escala, se encuentra un lugar cómodo y práctico.

Sin duda es un oasis en la ciudad industrial de Silao.