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Viajando en la clase ejecutiva de Avianca Perú

Avianca es una de las aerolíneas en mayor expansión en el continente americano. Han dejado de ser un punto para trasladarse dentro de Colombia para conectar Norte y Sudamérica.  Esto ha traído ventajas para los viajeros y en su expansión han consolidado nuevos aeropuertos para esto. Uno de ellos es el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima, Perú. Aquí se pueden conectar a ciudades importantes como Ciudad de México, Montevideo, Santiago, o en este caso: Río de Janeiro.

Hay muchas Aviancas ya. Aunque se compran todos los boletos juntos, al ver el detalle del vuelo se sabrá quién opera. En este caso decía TACA, o mejor conocido como Avianca Perú.

El trayecto total era de Río de Janeiro (GIG) hasta la ciudad de México. Sin embargo, en la presente reseña nos enfocaremos solamente en el primer tramo: hasta Lima.

El abordaje no representó ninguna complicación

Datos del Vuelo

Número de Vuelo AV920

Partiendo de Río de Janeiro (GIG) a las 05:45 llegando a Lima (LIM) a las 09:15

Avión A321

Nota: En teoría el vuelo sería operado originalmente por un A330, un avión mucho más grande, pero probablemente por baja demanda lo cambiaron de último momento. Una lástima porque el producto deja de ser competitivo.

De esto no nos dimos cuenta hasta que se realizó el Check In en línea. Si se detecta a tiempo, se puede determinar con la aerolínea un cambio de vuelo (por ejemplo: volar con Avianca Colombia) para mantener el nivel de viaje seleccionado.

Asientos en clase turista. No se notaban en el mejor estado

Abordaje

El abordaje al vuelo no tuvo inconvenientes: fue tranquilo y salió a tiempo. Lo que urgía era llegar al asiento para poder recuperar un poco de sueño ya que al salir a las 5:45am y ser internacional significó estar en el aeropuerto cerca de las 3 de la mañana.

El Airbus A321 es una versión extendida del A320, aunque la configuración es básicamente la misma: 2-2 en clase ejecutiva con tres filas; y 3-3 en clase turista. Los asientos son en material que parece piel de color negro en ambas clases. A comparación de otros vuelos, si dejan algo que desear en cuanto a su mantenimiento.

La almohada y la cobija estaban listas para recibir a los pasajeros.

Primeras Impresiones

En cada asiento de clase ejecutiva se podía encontrar una cobija y una almohadilla dentro de una bolsa de plástico. Definitivamente no es el producto que esperar para un vuelo de casi 6 horas. El vuelo, tanto en económica como en ejecutiva se llenó.

También se encontró que el asiento tenía un descansa pies en la parte inferior del asiento de enfrente. Lo que se aprecia de estos asientos es que el descansabrazo es suficientemente ancho para no estar peleando con el vecino por el espacio.

En cuanto el abordaje estuvo finalizado se ofreció agua y jugo de naranja como bebida de cortesía previo al despegue.

Jugo de naranja

La primera sorpresa que se tuvo es que el baño de hasta enfrente, reservado a clase ejecutiva, no estaba en funcionamiento. Solamente se avisó pero la aerolínea no ofreció ninguna compensación. Si bien no pone en riesgo la seguridad, si baja mucho el nivel de confort tanto para los que están en ejecutiva, como los de turista, que tendrían más saturado el baño todavía.

Los asientos cuentan con sistema de entretenimiento, aunque no es tan bueno como el que se encontró en el 787 de Avianca. Esto se debe justamente a que el avión requiere actualización tanto en sus asientos, como en su funcionalidad. La selección era limitada en cuanto a entretenimiento, pero en vuelo pareció no importar mucho ya que todos durmieron aprovechando la primera oportunidad.

La pantalla ya evidenciaba sus años

Servicio y Restauración

Tal vez aquí fue el punto más débil -junto con el baño- del vuelo. Para atender esta parte de la cabina había una persona solamente y no tenía ganas de trabajar. Aprovechando que la gente se durmió, no ofreció comida ni bebida. Se agradece que se deje dormir, pero la proactividad debería ser si querían desayunar antes o después.

El asunto del baño demeritó mucho el vuelo

Cuando se solicitó, finalmente se dieron las opciones para el desayuno: huevo o crepas. En este caso el alimento no era malo, pero tampoco era algo memorable. La presentación era mejor de lo que sabía. Algo que tampoco gustó es que la persona no pasó a ver si quería uno más bebida. Otras aerolíneas pasan varias veces a revisar esto, incluso en clase económica.

Opción uno del desayuno: huevo con croquetas de papá
Opción 2: Crepas

Lo mejor del vuelo fueron las vistas. Solo por eso valió la pena. Una vez terminando lo amazónico, se pudieron apreciar los andes a lo lejos y la ruta pasó sobre el lago Titicaca y su vastedad.

Vista de Los Andes
Vista del Lago Titicaca

Conclusiones

Este fue un vuelo por debajo de lo esperado. Avianca ya nos ha acostumbrado a un buen nivel, sin embargo, este no fue el caso. Incluso, el otro vuelo para llegar a nuestro destino final fue mucho mejor a pesar de que los asientos eran todavía más viejos. Además la limpieza no fue de lo mejor.

Aquí podemos ver que el asiento no lo es todo, pero si se junta un producto sub-par y un mal servicio la experiencia no será buena. Avianca nunca ofreció compensación por lo del baño. Si bien no pusimos queja de esto, por medio de sus registros deberían saberlo.

Los pasajeros buscan dormir en el vuelo, pero el personal no debería desaparecer

¿Volveríamos a tomar el vuelo? No sé si con Avianca Taca (o conocido como Avianca Perú), pero poder ver las vistas entre Brasil, Bolivia y Perú es algo muy valioso. No estaría peleado en volver a vivir la experiencia de Avianca Perú si se puede volver a disfrutar del espectáculo natural.

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