Cuando Alexander Von Humboldt estuvo en la Ciudad de México se impresionó con la belleza de sus construcciones llamando a la incipiente capital como “la ciudad de los palacios”. Esto fue casi 100 años de que se abriera uno de los edificios más hermosos y famosos de México, el Palacio de Bellas Artes. El recinto, que se ha convertido en uno de los centros culturales más importantes del país, alberga curiosas anécdotas, visitas guiadas que pocos conocen y la amalgama de dos estilos arquitectónicos diferentes que dotan de personalidad al lugar.
El Palacio de Bellas Artes fue construido con la intención de reemplazar al ahora inexistente Teatro Nacional, que fue el centro cultural y artístico de la segunda mitad del siglo XIX. Al ser imposible crecerlo y demasiado caro adecuarlo, la sugerencia fue construir un teatro nuevo. Entonces, la construcción inició en 1904 bajo la batuta de Adamo Boari y estaba proyectado terminarlo en 4 años. Como casi no pasa, la obra se retrasó y el italiano solamente alcanzó a terminar el exterior. Con la revolución mexicana, Boari regresó a Europa dejando el exterior terminado exceptuando los famosos recubrimientos de las cúpulas.
En los primeros años post revolución, la construcción se quedó abandonada y no fue hasta 1930 que se retomó la construcción del edificio, y ya tomando su nombre actual: Palacio de Bellas Artes. El otro cambio fue en el estilo arquitectónico, pues se deja el estilo clasicista del exterior para retomar el que estaba de moda entonces: el art deco.
Finalmente, el teatro, ya como Palacio de Bellas Artes se inauguró en septiembre de 1934. En el evento inaugural se contó con el presidente en funciones, Abelardo L. Rodríguez, y secretarios de estado, además de que se estrenó una sinfonía de Carlos Chávez: Llamaradas, Sinfonía Proletaria. Como de esperar, al haber nulos proletarios en el acto, la sinfonía no fue bien recibida.
El Palacio, a pesar de ser diseñado como teatro, se le ha dado el espacio del máximo escenario de la cultura y las artes de México, siendo escenario de obras de teatro, óperas, ballets, conciertos sinfónicos y hasta de velatorio. Entre los artistas más conocidos que se han presentado están María Callas, Yo-Yo Ma, Nureyev, Pavarotti, Rostropovich y hasta Juan Gabriel.
Como visitantes, podemos acceder a la fachada, donde se pueden apreciar muchos detalles. Asimismo, el interior, y su impresionante telón; así como exposiciones y museos, como la salas Paul Westheim, la sala Rufino Tamayo, área de Murales, y el museo de Arquitectura.
Una de las joyas que se pueden apreciar es el famoso telón. Dicho artefacto tiene dos funciones: una estética y otra práctica. Esto, porque además de contar con un bellísimo paisaje hacia la sala, es una cortina que protege al foro del fuego. Por lo mismo, pesa más de 20 toneladas y se levanta como compuerta. Del lado decorativo son cristales opalinos realizadas por la casa Tiffany y que regalan una vista a los volcanes legendarios del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
En la parte superior se puede apreciar un plafón luminoso realizado por Géza Marótio y elaborado en vidrios emplomados y hierro. También, se pueden apreciar en el piso de palcos elementos mexicanos.
Una de las ventajas es que se puede pedir visitas al interior de la Sala Principal y disfrutarla fuera del horario de concierto y así apreciarla más en la cual se ofrece información detallada y se llevan a vestidores y tras bambalinas. Aquí narrarán experiencias que se sufrieron en algún momento y se volvieron parte del anecdotario. Para esto se puede contactar al personal del palacio a través del teléfono (+52 55) 86476500 en las extensiones 2152, 2153 ó 2154. También al correo electrónico modulo_gpba@hotmail.com. Los horarios son de martes a jueves a las 13:00 y los viernes a las 12:30. Para esto, primero hay que enviar una solicitud a la Coordinación de Relaciones Públicas del Palacio (al correo mencionado), indicando fecha y número de personas. La visita está sujeta a aprobación y disposición de la sala.
Para llegar al Palacio, se puede hacer vía metro. La línea 2 deja directamente en Bellas Artes en la estación del mismo nombre, así como la línea 8. También se cuenta con un estacionamiento concesionado en el lugar, o se pueden buscar estacionamientos cercanos. Los horarios de visita al lugar son de 10:00 a 18:00 hrs (no incluye la sala principal).
Conclusiones del Palacio de Bellas Artes
Es indudable que el Palacio de Bellas Artes es uno de los edificios más bello de la Ciudad de México. No es fácil esto en la llamada Ciudad de los Palacios, que tiene gran cantidad de arquitectura sobresaliente.
Una visita hasta lugar puede ser para un evento, pero también de forma guiada para conocer los recovecos del recinto y las historias tras bambalinas. Tampoco hay que ovlidar sus museos o su restaurante.
3 comentarios
Por muchos años he ido a Bellas Artes y hasta hoy me entero de las visitas guiadas, sería interesante planear una para conocer sus interiores. Frlucidsfrs, muy buen artículo
Qué bellas fotos. Siempre se puede ver algo nuevo de un lugar que pareciera tan conocido.
Una excelente reseña que despierta mi interés por conocer más detalle, anécdotas y desde luego visitar nuevamente para apreciar mejor