Estados Unidos es un país crítico con respecto a los viajes internacionales para los viajeros de América Continental. Por una parte, cuenta con gran cantidad de sitios turísticos, puntos de negocio, así como conexión a otros lugares del mundo. Sus aerolíneas (a excepción de JetBlue y en cierto grado Southwest), son bastante malas, pero en general casi todas las aerolíneas del mundo pasan por éste país. Ésta vez nos enfocaremos en las conexiones internacionales. Tener una conexión en EEUU puede ser una pesadilla.

 Estados Unidos, junto con México (¿será por imitación?) pide pasar migración y aduanas en el primer punto de contacto con el país. No importa si se tiene conexión a otra ciudad o simplemente son unas cuantas horas de tránsito hacia otro destino internacional. En dicho punto se tendrá que pasar migración, tener el pasaporte sellado –a menos que sea Global Entry–, recoger maletas y pasar por migración. Eso hay que tenerlo en cuenta al momento de planear nuestra conexión: ya sea nacional o internacional.

 Algunos de los aeropuertos de Estados Unidos son mucho más caóticos que otros. A estos se les conoce como “Hubs” y concentran la gran mayoría de vuelos de una aerolínea o  reciben grandes aviones de líneas internacionales. Entre estos se encuentra Los Ángeles, San Francisco, Houston, Atlanta, Chicago o Miami. Por ejemplo, United Airlines concentra sus vuelos en Chicago y en Los Ángeles, mientras que American  Airlines usa Miami y Dallas. Sin embargo grandes aerolíneas asiáticas y de Medio Oriente también llegan a estos aeropuertos.

 Por algún motivo que no queremos tratar aquí, el servicio de migración en Estados Unidos es limitado. Entonces, las colas se vuelven peligrosamente largas. Tan sólo pensar que los vuelos de Hong Kong con Cathay Pacific, Singapore Airlines con su A380 y Eva Air proveniente de Taiwan llegan casi al mismo tiempo, acumulando casi 2000 pasajeros al mismo tiempo. Lamentablemente gran parte de los módulos para recibir visitantes están cerrados, resultando en filas enormes que pueden tomar hasta dos horas. 

 Después del pesado trámite de tener el pasaporte sellado, es momento de pasar migración. En sí, éste trámite es relativamente sencillo, pero las filas también son demasiado largas. Aquí se llena un formato por familia y se entrega antes de que dejen sacar las maletas. Las opciones una vez que se tiene el equipaje es pasarlo a una banda de conexión o llevarlo manualmente a la siguiente aerolínea. Esto depende si está etiquetado hasta el destino final, es una sola reservación o las aerolíneas tengan el servicio. Aquí, si tenemos suerte, se puede pasar en 10 minutos. Si es un día complicado podemos gastar una hora en el trámite.

 En teoría, el servicio de migración de Estados Unidos está implementando algunas opciones para optimizar estos tiempos. Por una parte, se tiene el programa de Global Entry, que permite entrar al país sin una mayor revisión, ya que los datos del contratante están validados y lo reconoce como un usuario de confianza. Actualmente está disponible para ciudadanos de éste país, residentes, mexicanos, colombianos, panameños y algunos países europeos (Reino Unido, Alemania, Holanda). También hay unos quioscos donde se llena la información y te toman la foto para que los oficiales no tengan más que validar lo capturado, pero ésta opción no sirve adecuadamente todavía. 

 Por lo tanto, ¿qué se puede hacer? Lo mejor es planear mucho y considerar los peores escenarios. Es mejor tener tiempo de sobra que sufrir las consecuencias. Por ejemplo, si tenemos una conexión con dos reservas diferentes, puede ser que alguna, o las dos aerolíneas, busquen no tener que ayudarnos a menos que legalmente tengan qué. Pero por ejemplo, si se tiene un fenómeno climatológico o perdimos tiempo en alguna tienda o conversación. En Europa se podría tener una espera de tres horas sin problemas, pero en Estados Unidos, no menos de 5 horas son suficientes. Si se tiene la misma reserva, puede ser que poco menos sea suficiente, pero sino, hay que planear al menos 6 horas.

 Es importante tener check in en línea de la siguiente aerolínea si se tienen reservaciones diferentes, o pedir a la aerolínea de origen que entregue todos los pases de  abordar de las diferentes secciones. Esto nos ayudará a no perder tiempo en el mostrador. Si la aerolínea es grande, muchas veces tienen mostradores dedicados
a recibir el equipaje. Con una conexión apretada, cada segundo cuenta y esto puedo hacer la diferencia. De la misma manera, se debe buscar tratar de escoger un lugar lo más adelante posible, ya que ayudará a salir del avión más rápido.

Asimismo, podemos avisar y pedir apoyo de una conexión apretada. Si estamos en el avión y vemos que la aeronave no despega, se le puede avisar a la asistente de vuelo que nos dé soporte. Es importante avisar antes de que despegue, pues durante el vuelo no siempre se pueden comunicar con el personal del aeropuerto y además se llenan de actividades que puede hacer que pierdan foco en la ayuda que requerimos. En cuanto salgamos del avión, buscar al personal de tierra y manifestarles nuestra urgencia. Y no aceptar un NO como respuesta, pues pueden querer lavarse las manos.

 Ya soluciones más costosas es tener el ya mencionado Global Entry y el TSA PreCheck. El segundo está relacionado con pasar las largas filas de seguridad en Estados Unidos, que son engorrosas a más no poder. El TSA PreCheck valida al usuario, después de pagar 85 dólares americanos (incluidos si se tiene el Global Entry). Se debe considerar que no todas las aerolíneas cuentan con convenio. Si tenemos ésta modalidad, las filas de seguridad son mucho más cortas y no es necesario remover cinturón, sacar computadora ni bolsa de líquidos).

 Finalmente, es importante estar preparados para tolerar algunas frustraciones. Algunas veces por más preparados que estemos, pueden pasar imponderables. Lo más aconsejable es siempre viajar con la misma reservación todo el vuelo, aunque a veces se tome el riesgo de no hacerlo en aras de algún otro beneficio (flexibilidad, costo, etc). Si todo falló, hay que buscar alguna solución con las aerolíneas, ya sea directamente con ellos o a través de redes sociales.