En nuestras reseñas de Lufthansa hemos mencionado lo cómodo que es el aeropuerto de Múnich. Sobre todo si lo comparamos con otros de Europa dónde las filas y las largas distancia hacen que vuelos cortos sean toda una carrera bajo estrés. Pero entonces, ¿qué pasa en este puerto aéreo si tenemos tiempo de sobra? Si el tiempo es bastante, una escapada al centro de Múnich es posible, pero si no hay tanta holgura o no se quiere estar en el transporte una hora de ida y otra hora de regreso está un bello pueblo bávaro: Frisinga.
Firisnga, o Freising en Alemán, está a solo unos minutos y puede ofrecer una excelente opción para pasar tiempo fuera del aeropuerto y sumergirse en una experiencia bávara.
Cómo llegar
Para llegar al pintoresco pueblo de Frisinga se puede tomar un camión. Este sale de las dos terminales del aeropuerto y después de unas cuantas paradas llega a la estación de camiones del pueblo.
El costo es decente, aunque claro, al ser euros no es tan poco. Un boleto sencillo cuesta 2.90 euros y uno de grupo pequeño redondo 12.80.
Una vez llegado a la central, hay que caminar al centro y listo, se puede disfrutar de una conexión muy alemana. El camión de regreso se toma del mismo lugar.
La distancia es solamente 10 kilómetros. Si requieren tiempos de camiones o información adicional, puede consultarse en la liga del transporte bávaro.
Qué esperar
Frisinga es un pequeño pueblo bávaro a 448 metros sobre el nivel del mar. Es un lugar poco habitado, ya que no llegan a las 50 mil personas. Este lugar ha sido constantemente habitado desde el siglo VIII, cuando se asentó un santuario que posteriormente fue la diócesis de Frisinga.
Como se ve, la historia del pueblo ha estado fuertemente ligada a la religión católica. Incluso aquí estudio el Papa en retiro, Benedicto XVI. Aunque, en la Alemania contemporánea, el lugar ha encontrado otros rumbos, como la producción de cerveza y mucha de su población trabaja en el aeropuerto.
Qué ver en Frisinga
Según el tiempo que se tenga en esta ciudad, puede ser caminar por sus bellas calles o visitar alguna de sus atracciones.
Probablemente la que llame más la atención sea la abadía y la catedral homónimas. Pero también se puede ver el museo de la diócesis y la torre de San Jorge.
Si no se quiere dedicar tiempo a la arquitectura sacra, también está la plaza principal o Marienplatz. Aquí también se encontrará el ayuntamiento que es de principios del siglo XX.
Para los amantes de la cerveza, pueden visitar la Bayerische Staatsbrauerei Weihenstephan: la cervecería más antigua del mundo. Hoy es del Estado Bávaro, aunque alguna época fue de los monjes.
A pesar de ser una localidad relativamente rural, Frisinga se presta para realizar algunas compras, comer o degustar una simple cerveza. Dejamos algunas fotos para dar ideas.
Conclusiones Frisinga
Múnich es un excelente aeropuerto, y si hay algo de tiempo entre vuelos se pueden aprovechar perfectamente en este pueblo bávaro de tradición Medieval. Si cuentas con 5 o 6 horas podrás sacarle mucho provecho.
Su cercanía y sabor bávaro harán que la espera entre vuelos se aproveche muy bien.
5 comentarios
Hermoso lugar, me encantaría conocerlo
Se antoja tanto la visita ahí que debería ser un paseo obligado.
Bellísimo. Muy buenas fotos
Algún tipo de cerveza tradicional tuvieron oportunidad de probar que recomendarían? Me gustan las fotos