La moral de cada país puede cambiar considerablemente según muchos factores como su historia, leyes o religión. Lo que nos parece correcto, puede ser mal visto en otra cultura o localidad. A pesar de esta ambigüedad, se puede rescatar una ética que aplique para los viajeros de cualquier país y que deseen visitar cualquier destino. Hay normas básicas de convivencia social y medioambiental que nos ayudarán a ser viajeros responsables. Al final, está en nosotros comportarnos a la altura y disfrutar de nuestros viajes sin dejar de ser conscientes. En este artículo buscamos crear una idea de cosas que podemos hacer mejor, si es que todavía no se hacen, para ser viajeros éticos a través de la Ética viajera.
Cuidar el Medio Ambiente
Es muy frustrante cuando uno ve a muchos viajeros y turistas ser descuidados con el lugar que visitan. En más de una ocasión hemos podido ser testigos de estos y los efectos varían, pero en ningún momento está bien. Por ejemplo, es típico que, en los arrecifes la gente descuidada toque los corales, los pise o incluso los mutile con las aletas. De por sí, estos increíbles animales están sufriendo los efectos del cambio climático para dañarlos y a su vez desequilibrar el ecosistema.
Hay otros ejemplos de daños al Medio Ambiente que pueden parecer insignificantes pero no lo son. Uno de estos es tirar las colillas de cigarros donde sea. Otro que mencionamos es echar la basura que generamos en cualquier lugar, incluyendo el desecho de los pañales que pueden impactar considerablemente el entorno. Claramente ir de cacería está fuera de cualquier viaje responsable.
¿Qué podemos hacer para cuidar el medio ambiente? Si vamos a una excursión natural, lo mejor es preguntar qué cuidados debemos tener con la flora y fauna. Si vamos con guía, éste estará más qué feliz de indicarnos como proceder. En caso que sea por cuenta propia, no es difícil encontrar la información en Internet. Por otra parte, si se fuma o se tiene basura, se pueden guardar hasta ver el bote de basura, y en caso que el país segregue los residuos sólidos, seguir esas reglas.
También, en cuanto sea factible, se puede usar el transporte público, con las debidas precauciones, que es mucho mejor que un taxi o renta de un coche.
Es posible, por ejemplo, fumar sin dañar el ambiente del lugar. Una vez pudimos apreciar cómo una persona fumó sobre una de las pirámides de Teotihuacán. Sacó una bolsa donde tiró sus cenizas y al final apagó el cigarrillo en su zapato y echó el desecho en la misma bolsa. Al final, ésta la guardó en su mochila nuevamente. Cuando se quiere, se puede. No es necesario sacrificar mucho y sí se puede hacer la diferencia.
Comercio responsable
Casi todos los viajeros, quieren hacer rendir su dinero en los viajes. A menos de que se sea millonario, el presupuesto del viaje es limitado o previamente asignado. Por lo mismo, queremos llevarnos piezas lo más barato posible. Pero esto tiene varias implicaciones.
Muchas de las personas que venden sus cosas en los mercados viven únicamente de lo que obtienen de sus mercancías. Estando de acuerdo que en este tipo de lugares regatear es usual y, a veces obligatorio, hay que considerar que una familia vive de eso. Hay que pensar en un precio justo, conveniente para uno, pero también para el ofertante. Sobre todo, los que llegan a malbaratar sus productos son artesanos rurales. A veces se puede olvidar la cantidad de trabajo que lleva la pieza que se lleva a casa.
Un viajero con consciencia obviamente no comprará nada de productos que están en peligro de extinción. Muy en línea con el apartado anterior, pero con una carga comercial. Mientras haya demanda, ciertas personas buscarán satisfacerla y ofertar productos que ponen en peligro hábitats y especies en peligro de extinción. Además de que provocan dolor a seres sintientes. Además de inmoral, en casi todos los países es ilegal y puede acarrear graves consecuencias.
Finalmente, no hay que comprar patrimonio cultural de los países, que como lo anterior, tiene implicaciones legales, pero también culturales. Hay muchas réplicas o artesanías muy bellas que podrán lucir perfectas en nuestros hogares. Además, muchas de las piezas antiguas u originales, se desgatarán sin los cuidados correctos.
Cuidado con la Política
Mucha gente se apasiona con la política. Es un tema muy interesante, rico y complejo. Si bien, un entendimiento general de cada país y su política nos permite interpretar mejor su realidad, pocas veces conocemos todo el contexto y nuestras opiniones pueden ocasionar disgustos. A menos de que estemos con personas de confianza como amigos o familiares, es mejor sólo escuchar. También hay que considerar, que en algunos países esto pueda estar prohibido.
En la ética viajera, debemos participar en marchas o movimientos públicos. Puede ser loable, desde nuestra perspectiva, la causa a defender. Pero nos va a meter en más problemas e incluso poder ser expulsados del país. Además, puede ser peligroso, ya que algunas veces la autoridad ejerce violencia y puede uno salir lastimado. Siempre es mejor mantenerse al margen.
Cumplimiento legal
Puede parecer muy obvio y en parte también se relaciona con la política, pero hay muchas cosas que se pueden hacer y están fuera de la Ley. O a veces se hacen y causamos daños a la comunidad y al medio ambiente. Por ejemplo, en muchos lugares se puede comprar tiempo con menores de edad, lo cual es muy grave y es un delito en todos los países.
Algunas otras leyes nos pueden parecer ridículas y, en efecto, algunas lo son. A pesar de esto debemos respetar lo que se puede o no se puede hacer. En algunos países de Medio Oriente, las mujeres requieren usar hijab y si esto es obligatorio por la ley debemos cumplirlo, o no masticar chicle en Singapur. De las leyes ridículas, por ejemplo, en Rhode Island es ilegal usar ropa incolora o en Inglaterra sostener un salmón en situaciones sospechosas.
Además de ser correcto seguir las leyes como máxima universal, también es sano para el bolsillo (evitar multas) y la salud (evitar un macanazo), e incluso para la libertad (en caso de pasar algunas horas en detención). La ética viajera es nuestro bienestar y el bienestar de la comunidad: un gana-gana.
Respeto a las tradiciones
Aunque esto suene muy obvio, probablemente es de los más difíciles de cumplir. No porque se quiera ofender a los demás, sino muchas veces por desconocimiento. En Irán, por ejemplo, algunas de las señas occidentales, son consideradas ofensivas. Para los persas, el pulgar levantado es el equivalente a la seña del dedo medio (famoso por la cantante Britney Spears). En Myanmar y algunos otros países asiáticos, es ofensivo señalar algo con el pie.
A estas usanzas comunes, también hay que sumar los ritos que se siguen en ciertos edificios, en especial los sacros. En la mayoría de las religiones hay que entrar con ropa decorosa a los lugares de fe o quitarse los zapatos. De la misma manera, muchas culturas consideran la fotografía como algo ajeno y no dejan que se les tome una foto o que se capture sus edificios importantes.
Cuidar las cosas
Hay mucho por cuidar: desde sitios históricos, naturales, pero también los proveedores de servicios. A veces se puede pensar que las compañías tienen dinero de sobra para reparaciones, pero en realidad no. Y mucho menos si se trata de compañías locales y familiares. Entre las cosas que hemos visto: gente que sube con zapatos puestos sobre el asiento del avión, a pesar de que existe la posibilidad de que alguien algún día pueda recostarse y poner su cabeza.
En la ética viajera, también debemos cuidar los lugares de hospedaje: hoteles, hostales o casas de alquiler tipo Airbnb. Un buen hotel, dentro de su categoría, garantizará limpieza, buenas condiciones de sus servicios y un mantenimiento adecuado. Si nosotros dañamos sus instalaciones o robamos algo los costos y beneficios disminuirán y probablemente quién pague los platos rotos serán los empleados. No confundir con llevarse lo que el hotel pone para uso del huésped como el Champú, jabones y plumas. Dichos artículos están incluidos en el precio y además sirven de publicidad.
Pasa lo mismo con monumentos históricos. A veces se quiere tener la mejor foto, pero nuestro Flash puede dañar una pintura única o tratando de conseguir el ángulo adecuado podemos dañar un templo milenario o molestar a otras personas. No se trata de no tomar la foto adecuada, pero sí preguntarnos cómo lo logramos sin afectar o molestar.
Ética viajera: Criterio mínimo
Hay cosas que dependen de la situación, el contexto y el sentido común. Es imposible enlistar en un artículo todos los escenarios en los que un viajero se puede encontrar. Pero como dice Savater en su libro Ética para Amador, hay que saber vivir. No es fácil saber qué nos conviene siempre, pero sí que conviene cuando llegamos a un lugar diferente contemplar los puntos ya mencionados y qué más podemos hacer.
No porque estemos en otro lugar se permiten cosas que no haríamos en nuestro lugar de origen. Por
ejemplo, cambiar el pañal de un bebé en la mesa donde comemos y más cuando comemos con visitas es inadecuado tanto en México, Mongolia o Kenia. Sorprendentemente hemos visto que le cambian el pañal a un bebé en plena Pirámide del Sol en Teotihuacán.
Así, podemos pensar en respetar, en dejar ser y a la vez cuidarnos a nosotros mismos. Disfrutar del mundo y dejar que otros tengan la misma oportunidad de conocer y develarlo. Así es la ética viajera.
9 comentarios
Excelentes tips, quisiera conocer un poco más de ejemplos, claro que el sentido común es indispensable, dice un dicho y dice bien, “a donde fuerais haz lo que vierais”, así no te equivocas.
No siempre nos ponemos a pensar en estas cosas. Interesante reflexión y puntos a considerar para los siguientes viajes. Yo sí he cambiado pañales de bebé dónde sea y no me puse a pensar en los demás.
Se lee tan simple pero todo esto expuesto aquí debería de ser “VALORES UNIVERSALES”
Pensando que gente que está a nuestro alrededor merece el mismo respeto que nosotros esperamos tener.
Muy buen trabajo. Felicidades ZORRO una vez diste en un punto muy sensible.
Si es importante pensar en todo lo que proponen. También me parece que el tema da para más, aunque no a todos les gustaría un artículo más largo.
A mí nunca me gustó la Cívica en la escuela porque no veía la congruencia en lo que nos enseñaban en la escuela con respecto a la práctica fuera de ella.
Este término de “ética viajera” despierta en mi la curiosidad por entender cómo se practica y si es aplicada conforme a lo que hoy en día aceptamos como “buenos principios”.
Muy atractivo el título!
Nunca me pongo a pensar en esto. Interesante reflexión, y saber que no todo es viajar más barato.
No hay que dañar los lugares que visitamos.
Lo volví a leer y me gustó mucho, tan sencillo como aplicar el sentido común.