Poco a poco los países se preparan para reactivar su economía. En algunos casos, paso a paso. En otros, son un poco más radicales. Estamos viendo que para muchos viajar, muchas veces por negocios, es necesario. Lo que es un hecho es que vamos a ver cambios en el turismo.
Algunos piensan que la nueva realidad será temporal, otros que es una situación que llegó para quedarse. Lo cierto es que seremos testigos de formas de desplazarse diferentes y una interacción distinta con nuestros destinos después de la pandemia.
Cambios en el aeropuerto
Aquí los cambios en el turismo serán más notables. Se esperan cambios tanto en nuestra experiencia en el aeropuerto, como la manera en la que volamos.
Para el aeropuerto, los cambios pueden ser tan sencillos como acrílicos al momento de dejar nuestro equipaje. Pero dónde veremos más cambios es la implementación de controles biométricos. Estos en sí se han desplegado lentamente por la naturaleza de los datos. Pero dado a la circunstancia, seguramente pasarán las preocupaciones de seguridad pasan a segundo plano para evitar la interacción de las personas.
Por otro lado, se nos exigirá el uso de equipo de protección personal. Generalmente en la forma de mascarillas. También hay que estar pendientes qué otros cambios podrán surgir.
Además de esto, podremos encontrar cambios al momento de abordar el avión. Adiós (al menos temporalmente) a apretarse en filas para subir al avión. Ahora se tendrá que mantener distancia segura. Se agradece que se respete el espacio personal, pero también tomará más tiempo este procedimiento.
También se limitará la forma de abordar en los horribles camiones para posiciones remotas. En su caso las aerolíneas deberían tratar de evitarlos. Y en caso de que no se pueda, dejar el suficiente espacio para que la gente no vaya apretada en estos.
Durante el vuelo vamos a poder notar varios cambios. Para los pasajeros las principales afectaciones son: uso de cubrebocas o similar durante parte del vuelo, disminución del servicio a bordo para disminuir interacciones entre el personal y el pasajero.
Cambios durante el vuelo
Cuando sea posible, las aerolíneas tratarán de sentar a los pasajeros lo más lejano posible. En este sentido durante algún tiempo se pensó en dejar lugares vacíos, pero no es negocio para las aerolíneas. Por ende, el uso de los cubrebocas o mascarillas.
Asimismo, la logística para el uso de baños será diferente: no filas y probablemente buscar desinfección entre usuarios.
Finalmente, el personal no lo veremos en sus uniformes usuales. A pesar de que las aerolíneas gastan millones en estas prendas, los viajeros verán al personal en trajes de protección, con guantes y máscaras.
Cambios en los cruceros
Los cambios en los cruceros van a afectar a los usuarios y amantes de estos. La experiencia en estas ciudades flotantes será diferente: no podrá ver tantas concentraciones y la forma de degustar los alimentos cambiará. Por ejemplo, se disminuirá el servicio de buffet para darle paso a ordenar a la carta. Así hay menos interacción con las personas y no se deja expuesta la comida.
Esto puede derivar en costos mayores para los viajeros. De por sí, este tipo de viajes no suelen ser muy económicos.
En otro tenor, los gobiernos no van a permitir que lleguen tantos cruceros. Para los viajeros es una forma muy cómoda de viajar, pero los destinos no ven tanto beneficio. Cuando el pasajero baja del barco ya desayunó por lo que no necesitará gastar mucho en comida. A lo mejor comprará uno que otro souvenir o bebidas que son más caras en el barco. También, se regresará a comer o cenar en el barco.
Antes los gobiernos hacían mucho para que llegaran los cruceros. Ahora ya no harán este gasto (¿inversión?), y en muchos casos van a buscar activamente que no lleguen como en Grecia, Seychelles o Las Maldivas.
Cambios en los hoteles
Hay historias de terror, donde los hoteles no cambian las sábanas entre huéspedes. Antes, además de ser antihigiénico, era sobre todo desagradable. Hoy puede representar un foco de contagio. Ahora más que nunca los hoteles deberán tener muy controlados sus procesos para mantener a salvo a sus huéspedes y a sus empleados.
No hay que descartar que, al llegar al registro, se nos tome la temperatura para saber que el huésped no esté enfermo. Asimismo, se minimizará el contacto entre el personal y el huésped: check in y check out en línea y uso del celular en lugar de la llave.
Podremos ver también que se limite el número de usuarios de elevador. Si antes se permitían grupos grandes, ahora serán unos cuantos.
Las estaciones de café o bebidas disponibles serán eliminadas indefinidamente. También, en vez de desayuno estaremos recibiendo un box lunch.
Cambios en la renta de hospedaje
Así como los hoteles veremos nuevas dinámicas, también en la renta de hospedajes como AirBnb.
Plataformas como la ya mencionada, buscarán que se mejoren y optimicen las formas en llevar a cabo las limpiezas. Además, habrá énfasis en la cuestión de desinfección. La plataforma te avisará qué anfitriones están cumpliendo con esto.
Para aquellos que no les sea tan fácil cumplir, deberán dejar espacio entre una reserva y otra. Todavía se está trabajando en los nuevos lineamientos y hay actualizaciones constantes en el centro de recursos de los anfitriones.
Conclusiones cambios en el turismo
Viajar por un rato no será tan agradable. ¿Quién no disfruta de una bebida en el avión o un delicioso desayuno en hotel con vista al mar? En la nueva normalidad se dejarán de disfrutar algunos privilegios de los que hemos gozado cómo viajeros.
¿Qué te parece esta situación? ¿Has notado algo más que vaya a cambiar?
4 comentarios
Yo creo que va a ir tomando poco a poco la nyeva normalidad, quedamos muy asustados y llenos de paranoia, pasarán seguro muchos meses para que esto se “normalice”
Con esos cambios ya parece demasiado, tendremos que esperar a medida de que se vayan abriendo los espacios en el ramo turístico que no creo que sea una actividad escencial, pero si muy importante para activar la economía de todos los países.