Para completar la lista de nuestros hoteles consentidos traemos tres hoteles más que son muy especiales. En el artículo anterior (consultar aquí) revisamos dos hoteles clásicos en algunas de las ciudades más icónicas como Paris y Hong Kong. Asimismo, también recordamos el Bed & Breakfast de Casa Chocolate, un lugar que era atendido con genuino esmero por parte de sus dueñas en Cuernavaca, Recordemos que estos hoteles fueron escogidos por su sabor local, nivel de servicio incomparable y comodidad. Cuando se hospeda en lugares así, los hoteles potencializan la experiencia de viaje.
Amanjiwo
La cadena Aman ha crecido rápidamente en las últimas décadas, y si bien, no es tan conocida como Four Seasons o Mandarin Oriental, tiene muchos huéspedes leales. En este caso, Amanjiwo, su propiedad ubicada en Borobudur, Indonesia es majestuosa. Pocos lugares pueden presumir tener vista directa al templo y ofrecerla en sus cuartos (no en todas las configuraciones). El lugar es tranquilo y apenas tiene tres decenas de suites.
Normalmente las tarifas incluyen traslado aeropuerto-hotel-aeropuerto y elevan este servicio a otro nivel. No sólo tiene disponible agua para sus huéspedes, sino ofrecen galletas y botanas saladas. El personal al retorno se encarga de dejar al huésped listo hasta con Check In y todo. Para el check in, que no sea sorpresa si llega el Gerente General y se sienta un rato a charlar, ofrece café o desayuno. Algo que nos impresionó es que los tiempos oficiales de hotel para entrar y dejar la habitación son relajados conforme lo requiera el cliente y se pueda.
Las suites en realidad son unas pequeñas villas con todo el confort necesario para una estadía mágica. Cada una de éstas tiene un balcón enorme donde se puede disfrutar el desayuno, café o botanas al exterior. También se puede dormir una agradable siesta en una cama de día que incluye un pequeño techo para que el sol no sea molesto. Las amenidades de los baños son ecológicas por lo que no se pueden llevar de souvenir. Tip: Las galletas de avena complementarias son fabulosas.
La alberca pareciera no ser tan grande, pero al nadar en ella uno se da cuenta que su longitud no es despreciable.
A lo largo de la alberca, hay camillas ubicadas de dos en dos y casi siempre hay muchas disponibles. En cuanto los huéspedes llegan las preparan para que estén cómodas, colocando varias toallas y dejando toallas adicionales para secarse cuando se requiera. No hay que pelearse por ninguna y nadie está contando que se regrese uno para dar una tarjeta. Pocos minutos después llegará alguien con agua fría y limón. El paisaje es maravilloso y se puede pasar todo un día ahí.
La comida también es especial, aunque considerando los precios de Indonesia, está muy por encima del promedio, aunque no podemos negar que es deliciosa (en general la gastronomía indonesia es fabulosa). El servicio es impecable y el lugar es muy especial, con columnas palaciales y sillas muy cómodas. No es necesario firmar nada, lo cual lo hace muy relajante. Se sugiere considerar el menú de degustación con gastronomía local.
Mandarin Oriental Tokyo
Hace unos años, hubiera sido el número uno. Pero se ha convertido en un hotel con tanto movimiento que ha de ser difícil atender algunos minúsculos los detalles. Aun así, sigue siendo una de las mejores opciones de la ciudad (considerando que hay demasiada competencia). La ubicación es conveniente para los viajeros de negocio, en la zona financiera y muy cerca del Palacio Imperial y sus jardines. Los turistas apreciaran que se puede tomar el metro directamente del edificio sin tener que salir al exterior, sobre todo si está lloviendo.
Las vistas de la propiedad son soberbias, al oeste se puede ver zonas de moda como Shinjuku o en un día claro, el monte Fuji, mientras que del lado este se logra apreciar el Tokyo SkyTree. Incluso, las vistas del baño en la recepción son dignas de fotografíar. De la misma manera, disfrutar de Tokyo desde el jacuzzi del SPA es algo imperdible.
Las cuartos se dividen en varias categorías, siendo la favorita el Mandarin Gran por sus acabados de bambú y gran espacio. De hecho, ésta habitación es más grande que la mayoría de los apartamentos donde viven los habitantes de Tokio. Todas las habitaciones cuentan con baños en granito y una tina profunda para relajarse después de un arduo día de recorridos o negocios. La regadera es excelente y el inodoro tiene tecnología japonesa.
Se recomienda tomar tarifas con desayuno, pues estos valen mucho la pena. En particular nos gusta el servido en K’Shiki, con variedad de platos occidentales y orientales. Incluso tienen un Gerente de desayuno que estará al pendiente del más mínimo detalle. También se sirve desayuno en el restaurante Oriental Lounge donde es a la carta. Por si no fuera poco, el Mandarin Oriental Tokyo ha añadido diversos restaurantes que apelan a foráneos y locales por igual. Sushi Sora es un lugar muy especial, pero hay que ir preparados para pagar un extra por una experiencia única. Para los viajeros de negocio, agradecerán la gran variedad de restaurantes (pizza, tapas moleculares, japonés, cantonesa, etc.) al alcance de la mano.
Four Seasons Istambul at Sultanahmet
Estambul es una ciudad magnífica, y cumple perfectamente las expectativas de una ciudad imperial que fusiona occidente con oriente. Probablemente, una de las partes más fascinantes es el centro o Sultanahmet donde se encuentra la Mezquita Azul y Hagia Sofia. Muy cerca de estos puntos clave de la historia, encontramos en lo que era una prisión uno de los hoteles más espectaculares en el mundo.
La cadena Four Seasons no lo menciona dentro de los más bellos que tiene (título que le da a Florencia o San Petesburgo), pero el lugar es realmente sorprendente. Los cuartos están decorados en estilo otomano y cuentan con todas las facilidades que se requieren al viajar. Asimismo, la decoración en los espacios comunes es inmaculada. El desayuno que se sirve todos los días en el restaurante es espectacular y el imperdible buffet brunch dominical.
Pero más allá de todo esto, el elemento principal del hotel es el servicio. Tan agraciado y ágil que pareciera sin ningún esfuerzo. Tener las áreas comunes impecables, el cuarto siempre limpio, sorpresas gratas en la habitación, nada de esto es tarea sencilla. Sin embargo, el personal del hotel funciona como una orquesta melodiosa y harán más de lo esperado para hacer la estancia memorable. Además, salir y tener lo más importante de la antigua capital otomana es fantástico: monumentos históricos, sistema de transporte, restaurantes y tiendas.
Recomendamos mucho pasar una tarde en el bar que tienen en el techo del hotel, independientemente que se pida una bebida o botana, el lugar tiene una vista magnífica del área y llega hasta el mar. Si llegara hacer frío, el personal tiene todo previsto y se encargarán de que los huéspedes estén cómodos disfrutando el atardecer.
3 comentarios
No conocía la cadena Aman
Lugares muy bellos
Esperaba esta segunda parte y no me defraudo. mur buena, con este tipo de reseñas uno “vive” el hotel, el ambiente, quisiera estar ahí, en lugares tan espectaculares y tan apapachadores.